Capilla de Narbona y Arroyo de las Vacas
de resonante proyección
Fue fundada por don Juan de Narbona en el año 1732, extendiéndose entre los arroyos Sauce y Víboras al norte y sur respectivamente, los ríos Uruguay y de la Plata al oeste, y arroyo Polancos al este. Don Juan de Narbona, hombre de negocios y maestro de obras en Buenos Aires, donde construyó, entre otras, el Monasterio de la Recoleta y el Templo de las Catalinas. En 1732 necesitado de tierras calizas viene a nuestra desértico banda, encontrándolas muy ricas y de explotación fácil junto al arroyo Víboras, sobre la margen derecha, en la que también observa buenas pasturas y ganado bovino.
Dispuesto a aprovechar aquellas riquezas, gestiona con éxito ante el gobernador bonaerense Bruno Mauricio de Zabala le conceda por merced la vasta superficie (alrededor de cuatro leguas cuadradas) y junto a «buenos capataces», pues él continúa alternando sus actividades con las de Buenos Aires, a ella se consagra: abre canteras, construye hornos - quizás los primeros en el país- y multiplica y negocia ganado. Todo a ritmo intenso, pues ya en 1738, a aproximadamente dos kilómetros del Río de la Plata y a uno del arroyo Víbora, tiene construidos su casona y oratorio, hoy reliquias arqueológicas por sus bóvedas, gruesas paredes, tejas, grandes habitaciones con techos a dos aguas y fina carpintería, en la época (aún para Montevideo) del terrón, adobe y cuero. Construcciones sobre las que expresan Fermín Chávez e Ignacio Corlaban en su obra «La Historia a la Vuelta de Casa».
"La edificación de Narbona es representativa del estilo colonial del siglo XVIII. Su planta toma la forma de L y tiene varias habitaciones, mirador y capilla. Los muros exteriores poseen 1.30 metros de espesor y sus paredes interiores, 1 a 0. 80 metros. Sus pavimentos actuales son de baldosas de arcilla cocida, pero debieron ser anteriormente de ladrillos. En el brazo más corto de la L se encuentra la capilla, que tienen 1 0 metros de largo por 4.45 de ancho, con paredes de 1,20 de espesor. Su bóveda de cañón alcanza una altura máxima de 5. 1 0 metros y se mantiene en buenas condiciones. Está consagrada a la inmaculada Concepción. Por su tamaño reducido se deduce que los peones y esclavos de Narbona oían misa desde el patio y jardín, en forma parecida a lo que ocurría en el SIGLO XVI con las "capillas abiertas", anexas a los monasterios mexicanos".
En cuanto al actual nombre «Camacho» del paraje y puente (si bien no oficial), se debe a la larga permanencia de Francisco Martín Camacho al frente del establecimiento.
Era casado con Juana María Narbona, hija de Juan de Narbona y heredera de todos sus bienes al fallecimiento de éste en 1750.